DERMATOLOGÍA: Celulitis infecciosa

La celulitis es una infección de las capas más profundas de la piel, la mayoría de las veces causada por bacterias que normalmente viven en la superficie de la piel. Tu riesgo de desarrollar celulitis es mayor si:



Tienes una lesión, tal como un corte, una fractura, una quemadura o un rasguño.
Tienes alguna afección de la piel, como eczema, pie de atleta o culebrilla.
Participas en deportes de contacto, como la lucha.
Tienes diabetes o tu sistema inmunitario está debilitado.
Tienes una hinchazón crónica en los brazos y las piernas (linfedema).
Usas drogas intravenosas.

Los signos y síntomas de la celulitis incluyen:

Enrojecimiento, hinchazón y dolor a la palpación
Calor en el área de piel afectada
Fiebre y escalofríos
Glándulas y ganglios linfáticos inflamados

Si no se la trata, la celulitis puede transformarse rápidamente en una afección potencialmente mortal. En general, el tratamiento incluye antibióticos. En casos graves, es posible que se requiera hospitalización y que los antibióticos se administren por vena (por vía intravenosa).

Para ayudar a prevenir los episodios recurrentes de celulitis, una infección bacteriana en la capa más profunda de la piel, mantén la piel limpia y bien hidratada. Evita los cortes y los raspones; para ello, usa la vestimenta y el calzado adecuados, usa guantes cuando sea necesario y recorta con cuidado las uñas de las manos y los pies.

Los factores que pueden aumentar el riesgo de celulitis incluyen lo siguiente:

Enfermedades preexistentes en la piel, como pie de atleta
Heridas penetrantes, por ejemplo, mordeduras de animales o picaduras de insectos
Incisiones quirúrgicas o úlceras por presión
Problemas en el sistema inmunitario, como diabetes
Lesiones que se producen al estar en un lago, un río o el océano
Uso del jacuzzi

Por lo general, la piel afectada está caliente, enrojecida, hinchada y dolorida. La piel puede verse irregular, como la cáscara de una naranja. Solicita atención médica de inmediato ante el primer signo de infección en la piel. Por lo general, el tratamiento es con antibióticos. Algunas personas que tienen celulitis de forma frecuente pueden beneficiarse con un tratamiento antibiótico a largo plazo para prevenir las infecciones recurrentes.

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